Derivado del petróleo, puede obstruir los poros y no aporta nada a una fórmula limpia y respirable. Preferimos aceites vegetales nutritivos y ligeros.

Suelen ser poco trazables y nada sostenibles. No son veganos. No van con nuestros valores.

Usado en plásticos y adhesivos. No es biodegradable y puede causar irritaciones. Nopinta nada en un producto de cuidado personal.

Alisador capilar cuestionado recientemente por las autoridades francesas. Si hay dudas, preferimos no usarlo.

Puede ser tóxico en grandes cantidades y es extremadamente secante. No tiene cabida en un cuidado respetuoso.

Compuestos de fragancia que se acumulan en el cuerpo y en el medioambiente. No son biodegradables, ni necesarios.

Fragancias sintéticas persistentes. No son limpias ni seguras. Tampoco son necesarias.

Usado antiguamente para tratar el cuero cabelludo. Hoy sabemos que es irritante y potencialmente cancerígeno.

Ingrediente metálico presente en algunos pigmentos. No va con nuestros estándares y puede irritar pieles sensibles.

Creemos que la belleza debe ser respetuosa. Todas nuestras fórmulas son 100 % veganas.

A menudo presente como conservante o componente de fragancia, pero puede causar irritaciones en pieles sensibles. No es necesario para un buen rendimiento clean.

Se usa para proteger los productos de la luz UV, pero ha sido señalada por su posible efecto disruptor hormonal. Preferimos no correr riesgos.

Antioxidante sintético utilizado para conservar fórmulas. Asociado a sensibilidades cutáneas y preocupaciones medioambientales. No forma parte de nuestros estándares.

Relacionado con el BHA, también se utiliza como conservante. No es biodegradable y no es precisamente suave. Por eso lo evitamos.

Conservante y surfactante que puede causar irritaciones, sobre todo en productos sin enjuague. No es apto para pieles sensibles.

Agente acondicionador que puede irritar la piel y es tóxico para la vida acuática. Preferimos alternativas suaves y sostenibles.

Se usan para estabilizar fórmulas, pero pueden generar subproductos tóxicos. Demasiadas incógnitas para incluirlos.

Liberan formaldehído lentamente. No nos gustan los ingredientes “ocultos”, y menos si están relacionados con reacciones adversas.

Puede ser seguro en cremas, pero no en polvos o aerosoles por riesgo de inhalación.

Se emplea para despigmentar, pero con efectos secundarios conocidos. No encaja con nuestro enfoque clean.

Partículas diminutas que contaminan océanos. Están prohibidas en muchos países. Nosotros exfoliamos de forma natural.

Filtro solar relacionado con disrupción hormonal y daño a los corales. Si no es seguro para el mar, tampoco no va con nosotros.

Otro filtro solar que genera dudas. Si buscamos cuidado seguro y limpio, esto no suma.

Conservantes eficaces, sí. Pero algunos están relacionados con desequilibrios hormonales. Hay opciones más respetuosas.

Sirven para mejorar texturas, pero su proceso de fabricación puede dejar residuos indeseables. No nos convencen. Preferimos alternativas más limpias y seguras.

Derivados del petróleo, no biodegradables. Pesados para la piel y el planeta. Usamos aceites vegetales ligeros.

Preservante común. No es el peor, pero tampoco lo suficientemente suave para nuestras fórmulas.

Espesante que puede contener acrilamida, una sustancia con riesgos conocidos. Demasiadas dudas.

Solvente presente en esmaltes y productos industriales. No lo queremos cerca de tu piel ni de tu cuero cabelludo.

Solvente presente en esmaltes y productos industriales. No lo queremos cerca de tu piel ni de tu cuero cabelludo.

Usado en tintes, pero con alto riesgo de alergia. Demasiado agresivo para un cuidado diario.

Ingrediente usado en coloración con alto potencial irritante. No encaja con nuestra visión de clean beauty.

Derivados de la vitamina A que pueden generar radicales libres al exponerse al sol. Preferimos formas más seguras de nutrir la piel.

Dejan el pelo suave y liso, sí, pero no lo nutren. Y no se degradan. Apostamos por resultados reales, no por brillo superficial.

Agentes espumantes que pueden irritar y resecar. Mantenemos la limpieza, sin los efectos secundarios.

Solvente presente en pinturas y esmaltes. No tiene nada que hacer cerca de tu piel o tu cabello.

Similar al triclosán: tóxico para el medioambiente y con efectos hormonales. Un no rotundo.

Antibacteriano prohibido en varios países. Agresivo con la piel y dañino para el entorno.